La ONU de la educaciónAyer se clausuró en la capital albaceteña el Congreso Mundial de Educación de la Infancia para la PazUn sencillo acto a cargo de un grupo alumnos de diversos colegios de la provincia, así como de estudiantes de los conservatorios de Danza y Música de nuestra capital, puso el broche final al Congreso Mundial de Educación de la Infancia para la Paz, clausurado al mediodía de ayer en el recién estrenado Palacio de Congresos de Albacete.
Por espacio de tres días, desde el pasado viernes, dicho Palacio reunió a 1.200 congresistas especializados en la educación infantil procedentes de cuarenta países, de lugares cercanos físicamente a nosotros, como los de la propia Unión Europea, o mental y culturalmente, como los iberoamericanos, pero también lejanos, tanto en lo geográfico como en lo cultural, como pueden ser Nigeria, China, Nepal, Japón, Ghana, Bangladesh, Barhein o El Líbano.
Entre las instituciones representadas en el Congreso, destacar diversos organismos y ramas de las Naciones Unidas, como UNESCO o UNICEF, la Organización de Estados Americanos (OEA) el Banco Mundial o la OCDE (Organización para la Cooperación y desarrollo Económico) y, por supuesto, la propia entidad organizadora, la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE).
DESDE LA PRIMERA NIÑEZ. El acto central de la clausura fue la lectura del texto de la denominada «Declaración de Albacete» por parte del alcalde de la propia ciudad, Manuel Pérez Castell. Una declaración cuya idea central y principal se expresaba ayer en su punto cuarto, que propugna la educación para la paz en las fases más tempranas del proceso educativo.
Literalmente, el punto cuarto de la declaración dice así: «Los gobiernos deberían cooperar de manera sostenible con las instituciones de la sociedad civil para incluor la educación para la paz en los servicios para la infancia temprana, desarrollando e intercambiando materiales y métodos educativos y facilitar la participación de los padres en el desarrollo y planificación de programas, y apoyar las oportunidades de desarrollo profesional para el personal que trabaja con niños pequeños».
El texto final de esta declaración fue acordado entre representantes de las 21 organizaciones que han participado en el congreso, y firmado por las 21, una por una.
No obstante, el objeto de este congreso también fue el de debatir entre personas de todas las culturas y de los cinco continentes cuestiones que se dan en todas las aulas, independientemente del lugar del planeta donde se encuentren, como son la resolución de conflictos en el aula, la multiculturalidad, la educación de género o la responsabilidad de los medios de comunicación en la educación de los menores.
SABOR AGRIDULCE. En su calidad de presidente de AMEI-WAECE, Juan Sánchez Muliterno confesaba ayer, desde la tribuna de oradores, tener «una sensación agridulce» al tener que despedir a los participantes en el evento, haciendo un reconocimiento «a todos los que nos han ayudado» para que el congreso de ayer fuese un éxito, desde los trabajadores municipales a los voluntarios que han trabajado en el mismo, en su mayoría alumnos de la Escuela Universitaria de Magisterio de Albacete, dependiente de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Un reconocimiento y agradecimiento que también hacía la concejal de educación, Luisa Hortensia, quien también destacó que su colaboración con el congreso no termina con la clausura, «pues no olvidemos que ellos serán los educadores del mañana».
Ortega, quien recibió un galardón en agradecimiento de la colaboración y esfuerzo de los trabajadores del área municipal de educación, dijo recibirlo «en nombre de todos ellos» aunque entre todos ellos, destacó a una persona «A Elvira Sánchez, por la que todos me han preguntado y quien ha sido la auténtica ‘alma mater’ de este congreso».
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