Podéis ver y
leer una información muy interesante sobre el nuevo Museo del Niño y Centro de Documentación Histórica de la Escuela.
www.museodelnino.es/proyecto/proyecto.htm Y para conocer como ha llegado a ser lo que hoy es y promete ser el Museo -prímero que se hizo en España y pauta para los que han ido surgiendo después-, os recomiendo que echéis un vistazo a esto.
(Aunque os parezca un poco largo para lo que es habitual en un foro. Pero aquí está recogida toda la sufrida historia de este museo)
¡Cuánto cuestan los sueños! ¿Qué son los sueños? Aquellos deseos que queremos alcanzar y que casi nuca se hacen realidad
Juan Peralta (Director del Museo)
La anterior cita, que yo sepa, no pertenece a nadie, ha sido un puro artificio inventado por el autor de estas líneas para introducir lo que a continuación voy a narrar.
Cuando en el curso 1986-1987 propuse a la Comunidad Educativa del centro escolar «Benjamín Palencia», de Albacete, crear un Museo que hiciese referencia a la infancia y a la educación, nunca pensé que costaría tantos esfuerzos, ilusiones y frustraciones como ha costado, pero la verdad es que han merecido la pena tantos años de lucha cuando uno contempla los paneles del proyecto arquitectónico que los arquitectos Mariano Martín y José Ignacio Herráiz han ganado bajo el lema «¡Chocolate! ¡Molinillo! ¡Corre, corre, que te pillo!»
Si han tenido la ocasión de ver el diseño del edificio en los medios de comunicación o en la página web del museo, coincidirán conmigo en que es una maravilla de creatividad, luz y color. Enhorabuena a Mariano y a José Ignacio, pues han sabido plasmar el espíritu y la naturaleza del museo del niño: un museo de la infancia y de la escuela destinado no sólo a los niños sino también a los adultos.
Desde aquel ya lejano curso, concretamente, en el mes de octubre de 1987, según consta en el acta fundacional del Centro de Documentación Histórica de la Escuela y Museo del Niño –nombre con el que fue fundada esta institución-,
han pasado muchos años dedicados a viajar por los pueblos, visitando las escuelas de nuestra región y entrevistándome con maestros y vecinos de muchos lugares en busca del pupitre abandonado, del viejo libro escolar cerrado o del tacatá infantil perdido en cualquier escuela cerrada o en las viejas cámaras de las viviendas de muchos pueblos de La Mancha, la Sierra o las Parameras de nuestra región.
En veintidós años ha habido momentos para ilusionarse y otros para caer en la desesperación cuando veía que, tras llamar a una y otra puerta de la administración, sólo conseguía buenas palabras pero no el respaldo que necesitaba. Es verdad que, gracias al respaldo moral de un reducido grupo de amigos, constituido en Asociación Cultural, pude continuar esforzándome y luchando por este proyecto.
Cuando se creó este museo no existía ninguno en España de estas características. Con el paso de los años, surgirían experiencias similares a ésta en Aragón y Galicia, principalmente. En concreto, recuerdo que en el año 2000, estando trabajando en el Centro de Profesores de Albacete, me llamó desde Galicia un profesor preguntándome cómo había surgido este museo y con qué recursos había contado para crearlo, pues la administración educativa gallega quería llevar a cabo un proyecto similar, para lo que había comisionado un equipo de profesores, que contaría con un presupuesto bastante sustancioso para tal fin.
Cuando le dije que lo había creado prácticamente yo sólo, viajando en mi tiempo libre por los pueblos en busca de los materiales, y sin ningún tipo de dotación presupuestaria, no se lo creían. Pues, ¿dentro de qué cabeza cabía que -sin dinero y sin dedicación exclusiva a esta actividad- alguien pensase en buscar, catalogar, custodiar, exponer y difundir el patrimonio cultural y material de la infancia y de la escuela de una comunidad?
Entre 1987 y 2008, tuvieron que pasar muchos años para que el Museo del Niño viese cumplido su gran sueño: tener una sede digna, con el patrocinio de su nuevo dueño: la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha.
En ese largo periodo de tiempo, el Museo ha ido haciéndose mayor de edad a base de incrementar sus fondos, de organizar múltiples exposiciones temporales, de hacer jornadas de cine sobre la escuela y la infancia, de investigar y publicar trabajos, de crear más de diez bases de datos informatizadas con un total aproximado de 15.000 documentos, de editar una revista, El Catón, de atender a las visitas de grupos escolares y de adultos, de crear y mantener una página web que es la verdadera ventana del museo al mundo virtual. Hemos hecho camino al caminar, con la ayuda de algunas instituciones, muy pocas, y, sobre todo, de un grupo reducido de personas, los amigos del Museo del Niño.
Pero, ¿qué es en realidad el Museo del Niño y Centro de Documentación Histórica de la Escuela? A diferencia de otros museos similares, creados en España en años posteriores al de la fundación de éste, el Museo del Niño es un museo que tiene por objeto de estudio todas aquellas manifestaciones de la vida cultural y material de la infancia, la familia y la educación en el ámbito geográfico de Castilla-La Mancha y en el marco temporal de los siglos XVIII, XIX y XX.
Este museo es, pues, no sólo un lugar de exposición, sino un verdadero centro de documentación, con miles de manuales escolares, documen-tos, fotografías, mobiliario, etc. que están debidamente inventariados, catalo-gados y organizados en bases de datos para su consulta por los estudiosos del tema. Podríamos decir, sin ánimo de exagerar, que el Museo del Niño es un Museo de Museos, pues dentro de él hay: un museo de la educación, un museo del juguete, un museo del ajuar infantil, un museo del cine infantil, un museo de las marionetas, un museo del cómic...
En total, más de 22.000 objetos. Pero, además, el Museo del Niño es el único museo que conozcamos que tiene una sección dedicada a la infancia marginada, a los niños de la calle, a las instituciones de protección social de la infancia. Parece asombroso, ¿verdad? Pero es la realidad que constatan día a día sus visitantes reales y virtuales y los numerosos correos que recibimos no sólo de España, sino también de otros muchos lugares del mundo, especialmente, desde Iberoamérica.
Todo este gran patrimonio, resultado de muchos años de trabajo y de sueños, va a encontrar acomodo en un magnífico edificio, que surgirá de la rehabilitación y ampliación de las antiguas Escuelas Graduadas Nicolás Salmerón, del año 1932, conocidas por el pueblo de Albacete como Colegio General Primo de Rivera. El nuevo Museo del Niño, tras su traslado a dicho lugar, verá ampliada su resonancia nacional e internacional, convirtiéndose en todo un referente, tanto por el diseño arquitectónico como por sus fondos y por su Centro de Documentación puesto al servicio de los investigadores.
Cuando el nuevo museo eche a andar, allá por los primeros meses del año 2011, el visitante podrá encontrar un centro cultural con las siguientes características:
● Un edificio de unos 3.000 metros cuadrados construidos, con cuatro plantas y dotado de un jardín en el antiguo patio escolar.
● Más de veinte salas para exposiciones.
● Casi 30.000 objetos agrupados en cinco grandes áreas temáticas: 1) La infancia y la familia, 2) La infancia abandonada, 3 La escuela, 4) El juego, y 5) El cine, el cómic y la literatura infantil.
● Un archivo y un centro de documentación con más de 15.000 manuales y documentos históricos, datados entre los siglos XVIII y XXI.
● Una sala de investigadores dotada con equipos informáticos que albergarán más de diez bases de datos con toda la información que existe conservada en sus archivos.
● Un auditorio para ciclos de conferencias, cine y actividades de difusión cultural y formación permanente del profesorado.
● Salas y espacios libres, dotados de luz y color.
● Tres escaleras de acceso a las diversas plantas, con una de ellas convertida en un juego simbólico en el que el niño jugará con el espacio y el tiempo.
● Un edificio histórico –el antiguo colegio– conservado como si de un yacimiento arqueológico se tratara, envuelto por la piel colorista del edificio nuevo.
Como ven, los sueños cuestan, pero, cuando se consiguen, te animan a seguir soñando y a marcarte nuevos retos.
Mis agradecimientos a todos aquellos –familia, amigos, medios de comunicación, colegios e instituciones que han hecho posible que entre todos consigamos hacer realidad este maravilloso sueño.
jperalta@jccm.es
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